El sueño y el final

"Hoy me levanté después de un extraño sueño con alguien a quien amé hace ya varios años. Fue como un recordatorio... si él no se hubiera ido, tal vez yo no habría recorrido todo lo que he recorrido estos años, ni me hubiera permitido conocer a las hermosas personas que he conocido hasta hoy,
(con locuras e inéditas situaciones incluidas)."
Laura

Se levanto sobresaltada y con una cálida sensación en el pecho. Laura había soñado con aquel que creyó era el gran amor de su vida y procedió a escribir en el diario. Era como si su duelo por él hubiera llegado a su fin de una manera extraña, sorpresiva y contundente.



Estar

"Hay veces en las que siento que lo sé todo, y el mundo vibra a través de cada célula que me habita.
Hay otros días en los que simplemente no sé dónde estoy parada y no soporto el no saber, me invaden las ganas de hacer y empiezo a merodear cualquier cosa que me permita llegar a un resultado con un sentido aparente, pero sin sentido en el alma. Y ya no sé que hacer, ya no soporto ese vaivén, siento que me ahogo y no tengo las ganas ni las fuerzas para pretender salir a flote, la quietud me invade y estoy por momentos a punto de dejarme ir, y desaparecer."
Laura


Escribir era una tarea obligatoria para Laura, su terapeuta le había recomendado llevar un diario y escribir cada vez que sintiera alguna emoción desbordada. Y así entre la computadora y el libro de de terapia que intenta, por quinta vez, empezar a leer coge el diario y empieza a escribir, con la intención de no mostrar el texto sólo para ver que sale.

Era habitual no compartir ciertas ideas o pensamientos, las relaciones y los vínculos no eran así de profundos, pues Laura nunca se ha permitido ser con todo y sus desbordes frente a otros, salvo en terapia y eso. Tener el control de todo es importante.

Aunque los meses de terapia la habían ayudado a tener mayor claridad de las situaciones y formas de ser, Laura cada día le era más difícil encontrar formas de distraerse, el darse cuenta era su sombra, y sabía se iba acercando el día de contactar y sostener el vacío al que había rehuido por años.

Aunque algunas cosas parecen estar más claras, como aquella tímida y persisitente lucha por no desaparecer.

El agujero negro

Habían pasado ya dos meses desde aquella noche de preguntas y respuestas. Habían pasado semanas de desintoxicarse cual adición a las historias que había imaginado.

Empezaron aparecer preguntas en la mente de Laura. Luego de encontrase con aquella versión de sí misma que había olvidado, empezó a mapear la manera de relacionarse con los otros, con ellos.

Había descubierto que todo tipo de acercamiento era desde aquel agujero en su corazón, el que pretendía llenar sin importar nada, armando historias y argumentos para su conducta y confirmando los desenlaces que ya se entretejían en su mente.

¿Cómo detenerlo? ¿Cuándo se creó ese agujero negro? ¿ Será posible llenarlo o erradicarlo?

Mientras se hacía esas preguntas, Laura también se decía, hay un agujero negro en mi, hay un agujero negro en mi, hay un agujero negro en mi, mientras tocaba con su mano su corazón, tratando de sostener ese descubrimiento, tratando de hacer lo que aprendió, sostener y asentir.

"Tengo un agujero en mi corazón.
Tengo un agujero en mi corazón.
Tengo un agujero en mi corazón.
Tengo.
Un.
Agujero.
En.
Mi.
Corazón.
Mi corazón.
    Mi corazón.
        Mi corazón.
                Mi corazón.

Mi corazón.
Un corazón."

El diamante


"Esta bien, te daré tu espacio, no te diré nada, 
es legitimo que sientas como te estás sintiendo,
 y hay mucho que yo tengo que aprender de ti"
Laura.

Luego de decir esto Laura suspiró, y así terminó el experimento que le propuso su terapeuta. Habían pasado años y habiendo intentando de todo, finalmente los caminos las llevaron a estudiar psicoterapia, razón por la cual había empezado un proceso terapéutico, no era suficiente hacer por si misma la silla vacía y las preguntas para descubrir que había detrás.

Algo que había aprendido con el tiempo es que todos tenemos varias versiones, como las caras de un diamante, a veces nos detenemos en una sola y creemos que sólo somos esa parte, hasta que tomamos distancia y vemos los diversos lados y posibilidades de ver aquel diamante.

Cada día iba aceptando más aquellas partes que había rechazado, resentido e ignorado, cada día se iba acercando más a integrarse ella misma.