Domingos

Han pasado varias semanas desde que Laura lo vio por última vez. Está más confiada, segura y optimista. Ha logrado encontrar el camino, aún con ayuda y a pasos lentos pero firmes.

Es domingo, y son los días más difíciles para ella. Por año y medio el domingo los pasaba con él y lo que la perturba es no recordar que hacían los fines de semana y que hacía antes de conocerlo. Para poder reconstruir sus domingos hacía falta un orden y alejarse.

Es un día de nostalgia y si bien su agenda tiene actividades pensadas para la tarde noche, hay preguntas que se asoman esos días ¿Cómo estará? ¿Qué estará haciendo? ¿La seguirá queriendo? ¿La habrá olvidado? ¿Estará bien? Laura no recuerda el último fin de semana lindo que pasaron juntos y no sabe porqué quiere recordarlo.

Es domingo, y son los días más difíciles para ella. Laura no puede evitar pensar en él, es como si aquellos sentimientos se hubieran agrupado y tratarán de abrir una y otra vez aquella caja en donde los encerró. Retumban en su ser, quieren escaparse, quieren gritar y decir te amo.

Pero Laura tiene que ser fuerte, no puede soltarlos, no tendrían hacia donde, se estrellarían contra una pared y una pared no puede amar.

Es domingo, y son los días más difíciles para ella. Si bien hace unos días atrás se encontraba haciendo fila para un concierto de jazz, con la gente esperando, los venderos y las vicisitudes que implica, en ese momento se sintió feliz y recordó como era antes, aquellas salidas solas, aquellas colas, la gente nueva y desconocida, y la sensación de salir renovada de cada evento.

Pero hubo un pequeño instante en el que volteo para contárselo a él, para compartir su alegría, pero él ya no está, hace mucho que no está. Así que compró un chocolate y continuó su camino. Caminar le hacía bien, caminar con ella misma la regresaba al camino.

¿Qué pasa cuando pierdes el rumbo, cuándo te desvías hacia la oscuridad? Laura perdió el rumbo muchas veces en los últimos meses, luego se dio cuenta de las cosas realmente importantes y de aquella persona que estaba a su lado en las buenas y malas pero que perdió de vista. Aquella frase trillada de nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde aparece en su mente y cual sentencia también anuncia sus aprendizajes.

La vida sería simplemente aburrida si no se perdiera el rumbo, además, esos pasos perdidos nos enseñan y luego traeran consigo alegrías y sorpresas inimaginables... pequeños momentos de satisfacción para los que debemos estar atentos y continuar sin arrepentimientos...

A Laura solo le queda continuar, seguir el camino, cargar con sus errores, sus aprendizajes y con aquella caja en donde están encerrados sus sentimientos reafirmados hacia él, pero que ahora no tienen a donde llegar, se convertirían en gritos sordos... a Laura le queda continuar...

Es domingo, y son los días más difíciles para ella.

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