Carta 1 en la carpeta borrador

Hola, que tal! ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Que tal tú espíritu aventurero en búsqueda por conocer nuevas cosas? Espero todo haya pasado bien.

¿Sabes? éstos días me di cuenta de otras cosas.


Tenías razón, era necesario que nos hayamos separado, si bien lo reconocí en su momento, he descubierto, además, que tengo mucho que crecer y aprender. Es doloroso porque se firme y honestamente cuales son mis sentimientos hacia ti.

Pero... sí, tengo que reconocer que tengo mucho que aprender, no sobre relaciones de pareja porque de eso aprendí a darme cuenta y sé que es mas lindo cuando es de dos, pero si sobre mis errores y sobre todo aprender sobre mi misma.

Aprender a estar sola, con mis pensamientos, mis fantasmas y mi carga; para poder afrontarlas y saber sobrellevarlas. No para pasárselas a alguien y las cargue por mi.

Tener mis rutinas, mis pasatiempos o más bien recuperarlos y disfrutarlos sola. Tener solo la necesidad de estar conmigo misma. Para luego disfrutar de una agradable compañía y compartir, sí compartir porque es eso el aventurarse en una relación, más allá de la pasión, el gustar, el sexo – que también forman parte de- es compartir y no absorber. Nadie puede dar lo que no tiene y por un buen tiempo yo me quedé sin batería.

Si bien me encantaba estar contigo aun sin hacer nada… ya sea tú en la computadora (que mucho no me gustaba pero luego entendí) y yo hablando con la gente del depa o leyendo ante tu insistencia… eso se fue desvirtuando. Porque me agradaba, y aún me agrada tu compañía, tan solo por compartir unos momentos juntos, pero luego se convirtió en necesidad y luego en un vacío y así fue perdiendo calidad y eso no nos lo merecíamos.

Por eso, cuando decías que era mejor haber terminado para no terminar siendo esas parejas aburridas que no se soportan y en donde ella sale a pasear el perro por no ver al marido. Te diría que creo firmemente ahora y aquella vez en el parque que no sería así con nosotros, que no lo permitiríamos, que con nosotros no va la mediocridad, que nosotros buscamos aventuras y crecer, que no soportaríamos la rutina, que viajaríamos cada quien con sus proyectos, que nos recordaríamos como volar y nos acompañaríamos para no perdernos en nuestras propias búsquedas.

Sí, tengo que reconocer que los últimos meses juntos no fueron de calidad, el tiempo que pasábamos juntos perdió su esencia de ser, fue entonces cuando abusé de él y ese tiempo se convirtió en un escape. Invadí tu espacio y te absorbí.

Me convertí en eso, en ese bulto que no sabía para donde ir, que estaba perdida y era mi responsabilidad. Y tú de gran corazón y sinceramente trataste de ayudarme y apoyarme hasta donde podías y hasta donde soportaste mi apatía “nadie puede ayudar a quien no lo quiere” o en mi caso a quien no se da cuenta que tiene cosas que solucionar. Porque tú también tenías tus propias batallas y búsquedas. Me encanta saber que ahora estas bien y encontrándote, porque yo no estaba ahí para acompañarte en esos momentos, porque un ciego no puede ayudar a otro ciego. Porque en ese momento no te dije que todo saldría bien.

Ahora estoy aprendiendo a rehacer mis días, sobre todo los fines de semana, los que siempre pasaba contigo. Es fácil cuando sólo sabes que tienes que llenar las horas porque bueno no hay nada que hacer y porque no quiero pensar en ti. Pero es aún mejor y más retador cuando sé que tengo que estar conmigo misma y pensar en mí, en lo que quiero, en lo que hago, en lo que quiero convertirme por y para mí.

Lo que no mata fortalece, y podemos convertir algo triste en algo productivo. Nos transformamos siempre, son frases que están constantemente en mi mente.

Ahora veo de lejos esa última conversación en el parque y creo que si bien dije lo que necesitaba en ese momento… fue prematuro y sabes te agradezco haberme escuchado, pero yo no estaba lista.

No estaba lista para afrontar esa conversación, estaba empezando en una vorágine de aprendizajes y encuentros conmigo misma que ahora me hacen ver las cosas de forma más clara y que imaginó con el pasar de los días irán clarificándose más. El tiempo ayuda a mostrar y también cura.

Las verdaderas reflexiones vienen luego y con el tiempo, los golpes enseñan, y pese a que tal vez no puedas creer que lo que no hice en cerca de seis meses lo empecé a hacer en dos, te diré que todo es un proceso y que los golpes dejan huella. Que los cambios siempre están ahí solo que ahora soy más conciente de eso. Que voy por buen camino, por eso estaré bien, por eso estoy bien, con días buenos y días malos, pero bien.

Se que de alguna manera te preocupé con la última charla y creo puedo parecer bastante frágil, pero estoy asumiendo las cosas de otra manera, una que me ayudará a crecer, que es algo que todos debemos buscar y que es un proceso continuo.

Se que te pude haber incomodado con esa charla en el parque, regresando cosas que ya pasaron y que tal vez, mas bien nos entristecen y duelen. Eso es el pasado y ahora ambos debemos preocuparnos por el presente, porque el futuro llegará y sólo cuando llegué y se convierta en un presente nos preocuparemos ¿no crees?

Espero todo bien contigo.
Un fuerte abrazo.

Laura

No hay comentarios:

Publicar un comentario